Compensar las bendiciones
Desde que vine a vivir a Perú, he estado en desventaja porque me resulta difícil entender mucho de lo que sucede a mi alrededor. Afortunadamente, he aprendido lo suficiente como para escuchar los temas y las nociones básicas de lo que se dice, pero carezco de los conocimientos lingüísticos necesarios para conocer los detalles y saber cómo encaja todo exactamente. Así que observo y me pregunto cómo continúan las conversaciones a mi alrededor constantemente. Esto es especialmente cierto durante las muchas reuniones de la iglesia a las que asisto. Puedo captar el tema y una idea general de lo que se está diciendo, pero se me escapan los detalles que lo hacen interesante. Para combatir esto, desde el primer día comencé mi propio estudio personal de cualquier tema que se estuviera discutiendo. A veces es solitario estar fuera, pero con frecuencia he sido bendecido con inspiración espiritual e incluso revelación, especialmente durante el sacramento. Mientras se reza la oración, siempre saco mis escrituras y leo las oraciones en inglés. Puedo entender las oraciones en español, pero pienso profundamente en ellas en inglés, y he estudiado las preguntas de mi corazón sobre la expiación de Jesucristo. Con el tiempo, he aprendido más en mi aislamiento de lo que había aprendido durante muchos años en casa cuando todo se presentaba en inglés, porque ahora estoy más centrado y deliberado. Debido a esto, el Señor me ha bendecido grandemente en mi aprendizaje.
Este es un ejemplo de las bendiciones compensatorias de las que habló el obispo Gérald Caussé en nuestra última Conferencia General de abril. Nos prometió que si alguna vez nos sentimos limitados o desfavorecidos por las circunstancias de nuestra vida, las bendiciones del Señor permanecerán abiertas de par en par a pesar de todo.
Porque Dios es justo y misericordioso y su plan es perfecto, no nos hará responsables de cosas que están fuera de nuestro control. La Expiación no sólo nos redime de nuestros errores, la misericordia y la gracia del Señor nos sostienen a través de las injusticias, deficiencias y limitaciones impuestas por nuestra experiencia mortal.
Esta es una doctrina hermosa y poderosa para aquellos que veo con frecuencia a mi alrededor, claramente desfavorecidos mucho más de lo que yo he experimentado. Es reconfortante saber que el plan de Dios no sólo es universal, sino muy misericordioso y bondadoso.
Escritura:
Isaías 54:10
10 Porque los montes se moverán y los collados serán quitados, mas no se quitará de ti mi bondad, ni el convenio de mi paz se romperá, dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.